martes, 14 de julio de 2015
BDSM Booty Call
Hay que tener los cojones bien cuadrados para aparecer después de meses sin dar señales de vida. Sinceramente los sumisos, o los que se creen sumiso piensan que las dominas somos putas, y que estamos a la orden para cuando a ellos les salga del forro del ass una sesión de coñazos o de humillación.
Quién coño en su sano juicio va a creer en un hombre que después de unos meses hablando sobre una doma y de ser tomado, desaparece y no da señal de vida. Y lo peor es, que viene exigiendo que le de una oportunidad de explicarse que fue lo que pasó.
A mi particularmente ese tipo de explicaciones me valen un rábano, con tecnología de por medio, sí te fuiste para la china, de seguro los chinos no están en 2G como nosotros en este país, así que un mensaje o un correo llega rapiditoooooo.
¿Por qué las dominas no tenemos confianza en ningún sumiso al principio? No solo porque puede resultar un loco, sino que también nos tomamos el tiempo de elegir al idóneo y cuando pasa algo como lo que acabo de contar simplemente un pedacito del corazón se decepciona y automáticamente los estandartes se elevan y, por ende, los pobre mortales sumisos pelan bola, porque por más que se guinden en una bola y valga la redundancia, no van a tener un poquito de atención.
Sumisos sí tomaron la determinación de buscar a una Ama y consiguieron a una que les da un migaja de atención no la caguen de esa forma, porque como lo dije antes, nosotras nos damos el tiempo para buscar al idóneo, aquel que se convertirá en nuestro amigo, confidente, cómplice, esclavo, cachifo, puto, y un sin fin de cosas más, pero sobre todo se convertirá en posesión de su Ama, y esta podrá decir con gusto... Él es MÍO.
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